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miércoles, 31 de diciembre de 2014

2014

Acaba un año de ensueño.  Escribo esto en el tren de vuelta a casa, ese mismo tren que me ha llevado siempre a buenas noticias, sonrisas y felicidad.
No le he podido pedir más a este 2014 que empezó en el hospital con mi enana y un susto que pronto se convirtió en pasado. Casi ya ni recuerdo mi vida antes, casi ya ni me acuerdo cómo me sentía cuando no tenía nada (aunque mi todo siempre será mi familia).
Este 2014 ha tenido absolutamente de todo, menos muertes cercanas, y ya sólo por eso tengo que dar gracias.

Si a eso le añades graduarte como fotógrafa, pasar los exámenes del curso de entrenadora, volver a sentir el extremo de pasión por baloncesto a diario, y que un equipo de ACB sea lo que veas cada día...
Si a eso le añades haber publicado a nivel nacional una foto en uno de los periódicos más famosos del país, que te reconozcan el trabajo y el esfuerzo y que te digan que vas a más y que tu progresión es estupenda.
Y si a toooodo eso encima le pones conocer a personas tan tan increíbles que duele pensar separarse de ellas, entonces no hay la menor duda de que el 2014 ha sido y será mi año clave.
Aún recuerdo el cosquilleo, la piel de gallina y la cara de asombro la primera vez que pisé el Palacio de los deportes de Murcia, con mi acreditación colgada y mi cámara, mi fiel cosita marrón, en la mano. No seré capaz de olvidar aquel 6 de Abril. Fue el mejor domingo de mi vida. Sé que NI MI BODA será capaz de superar eso.
Y todo lo que vino rodando desde aquel día...
No tengo palabras para expresar lo feliz que estoy siendo. Ni tan siquiera una imagen.
Y me cuesta contener las lágrimas pensando en la vida que estoy teniendo, en esta bendita suerte, en esta locura que empezó con un balón hace ya casi 20 años y no ha dejado de encantarme. Nadie nunca podrá ni sabrá enamorarme tanto como lo hace el baloncesto.
Que dure mucho tiempo, que no me despierten de este sueño y que el 2015 sea precioso no sólo hasta Junio, sino que Murcia siga siendo mi casa y el UCAM y el palacio de los deportes mi santuario.

Pase lo que pase, GRACIAS 2014 por darme una vida apasionante rodeada de triunfos y de la oportunidad de celebrarlo con los míos.

Y sobre todo, ese 6 de Abril en el que empecé a ver la vida con otros ojos...