Páginas

viernes, 20 de febrero de 2015

Jefe...

Es ridículo que aún no sepa qué decir, que todo haya cambiado ya, tu habitación, tu cama, tu armario, hasta incluso vea más pequeña la casa al haber visto creo que por primera vez esa puerta cerrada. Todo ha cambiado y yo sigo esperándote. Mi mente no me deja aceptar que no voy a volver a verte, ni me da una tregua y me asalta brutalmente con recuerdos, como si tuviera que acumularlos todos de golpe para que no se marchen.
Dicen que agradecerle a la vida haberlo tenido todo es la manera más bonita de decir adiós...       
Nosotros, sus nietos, no hemos podido tener más suerte. De haber tenido tantos años a una persona como él. Aún recuerdo cuando nos decía que con el balón no se jugaba en el patio, que esos pelotazos a las paredes no, y nosotros por supuesto le hacíamos poco caso. A medida que avanzaba su edad, crecía el nivel de cariño, tanto el recibido como el dado. Empezaba a sonreír mucho con simples hechos como un beso y creó una nueva tradición. Se llamaban chupachups y creo que ya tienen su nombre cada vez que los vemos. Su manera de regalar cariño era regalar comida. Lo hemos asociado a él y es curioso que el día del entierro todos coincidimos en que en algún bolso, algún bolsillo de chaqueta, nos habíamos encontrado un chupachup del abuelo. Creo que era la mejor manera que tuvo el abuelo de estar siempre presente.
Me cuesta escribir sobre él en pasado. Hace tan solo una semana que estaba hablando con él por teléfono diciéndome que estaba bien y dándome las gracias por preocuparme por él.
Yo sigo repitiéndome en mi cabeza que tenía que haber bajado antes y sé que esto me va a perseguir hasta que sea capaz de perdonarme a mí misma.
Nunca pensé que sería capaz de darte un abrazo y un beso, de tan siquiera rozarte después de estar casi 2 días a base de frío, rodeado de flores. Pero ahora lo pienso y creo que no nos dejaron tiempo, que esos segundos fueron demasiado poco para resumir 23 años y nunca seré capaz de describirlo todo. Simplemente me voy a basar en echarte de menos, en recordarte cada día (los chupachups se encargarán de ello) y en cuidar de la abuela y de mamá, como tú lo hacías,  y como sé que lo harás desde ahí arriba.
Vaya despedida te hicieron eh panzón. A ver cuántos van escoltados por la policía abriéndoles camino y cerrando calles, cuántos tienen al ayuntamiento presidido por la alcaldesa, 30 curas y el obispo y la iglesia llena hasta los topes.
Sabes en lo que pensaba cuando iba detrás de ti por el centro de la iglesia avanzando?
En que el mundo se te había quedado pequeño. Que yo te tenía simplemente como mi abuelo y ya te quería como tal pero me di cuenta de que eras más grande de lo que nunca pude llegar a imaginar. Y me salía el orgullo por las orejas y me daban ganas de gritar "yo soy su nieta!".
Sabíamos que en el cementerio íbamos a explotar todos,  pero qué bonito fue abuelo, qué forma de decirte adiós más bonita. Qué suerte de tener al tío, gracias por haberlo hecho tan bien. Con todos. Gracias abuelo, por haberme dado la mejor familia que pueda imaginar.
No os decepcionaremos, porque sé que lo que en realidad es la abuela está ahí contigo. Aquí sólo mantenemos su cuerpo, su esencia voló hace años... te prometo que seguiremos con todas las tradiciones, para que te sientas tan orgulloso de nosotros como lo estamos de ti.
Te quiero mucho...

martes, 17 de febrero de 2015

Super abuelo...

Sabes qué es lo que más me pesa? Este sentimiento de culpa que me persigue cada minuto que pienso que iba a ir a verte el jueves y te marchaste el lunes. La culpa de np haber bajado el domingo, habertr abrazado cuando no hacía ni 1h que te habías muerto y tener que esperar 32h tras un frío cristal para poder darte un beso.
Cómo me has hecho esto... cómo nos has hecho esto?
Quiero escribir todo lo bueno de ti pero llevo tantas horas llorando que ahora sólo me queda rabia acumulada en las enormes ojeras.
Ya solo me sale pensar en ti y odiar al mundo por haberte ido sin despedirme de ti.