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jueves, 1 de noviembre de 2018

Llámalo X

Llevaba tanto tiempo sin escribir aquí que ya había perdido la costumbre (y la contraseña). Quizás también un poco la cordura, por no desahogarme con frecuencia, por guardar, guardar y volver a cerrar momentos en mi cabeza pero no en mi corazón. Llámalo el efecto de todos Los Santos, que estoy baja de defensas , el constipado o llámalo C pero hoy lo necesito. Lo tengo aquí a mi lado. Esta semana casi ni nos hemos visto, entre el trabajo, su universidad/entrenamientos/estudio y que yo me he ido a dormir cuando bajaba el sol como quien dice... a veces siento que tengo compañero de cama y no novio. Menos mal que vivimos juntos sino si que no nos veríamos! Llevo unos días más pensativa de lo normal, obsesionada con el futuro como siempre, agobiada del presente (como siempre también). Ayer me mordí todas las uñas, todas. Me duelen un mundo hoy, pero me merezco que me duelan más a ver si así no lo hago de nuevo. Matt acaba de girarse y abrazarme. Me ha acariciado el brazo y me ha dicho te quiero. Tengo tanta suerte que a veces me muero de miedo de que pase algo y perderlo. Mi vida ya no es mía, es nuestra. Y es muy jodidamente duro saber que tu vida depende de otra persona. Siempre he pensado que dependía de mamá, hasta cuando la odiaba, pero luego me fui a MUrcia a vivir y descubrí el mundo. Vale que el primer año era un manojo de miedos, quizás lo sigo siendo pero un poco menos desordenado. Vale que el segundo año me lo pasé lleno de errores aunque también te digo que “que me quiten lo bailao!” Que lo bien que me lo pasé en su día... y esos errores/diversiones me hicieron llegar al sitio exacto en el momento exacto en el que Chumi le dio mi número a Matt y el me escribió. (Por cierto hablando de escribir qué jodido es escribir aquí desde el móvil, aunque no tengo muy claro que nadie lea esto nunca). Dicho esto, que yo a lo que venía hoy es a decir que no puedo esperar, literalmente no puedo esperar para más, para mejor, para hacer cosas diferentes, para poder viajar, descubrir, disfrutar, de sentir algo nuevo! Estamos entrando en una rutina de sin vida que no me gusta. Tengo que esforzarme por no dormirme antes de las 9, por cenar lo mismo que él algún día, por cocinar sus platos favoritos, por no chillarle cuando me toca con los pies y por rascarle la espalda cuando le cuesta dormir. Tengo que hacerlo más feliz porque él no puede hacerme a mi más feliz. Y aunque se me sigue cayendo la baba con sólo oír su nombre tengo que salir de este bucle y empezar por mi.