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miércoles, 22 de diciembre de 2010


Tengo delante de mí un papel en blanco y a mi derecha tu foto. Intento inspirarme para decirte todo lo que no te he dicho nunca y repetirte de nuevo cosas que estarás cansado de oír.
Acabas de cumplir 19 años, aunque sé que no eres fan de cumplir años (creo que todos llegamos a los 18 y queremos parar, menos yo, que siempre quiero más y más y un poquito más aún.)
Aún recuerdo aquel primer cumpleaños tuyo al que fui (si mi memoria no falla) en casa de tus abuelos, en el patio, y creo recordar que te regalamos algo que cambiaste por unas zapatillas de arreglar marrones (tengo esas zapatillas en mi cabeza jaja). Fueron tus 16, ¿verdad?
Creo que no voy a ser capaz nunca de poder expresar con palabras lo que pueda definirte, que pueda dejarte en un lugar de mi corazón. Han sido tantos años, y han pasado tantas cosas. ¡A qué punto he llegado de quedarme sin palabras! ¡Yo, sin palabras! Eso sí que es increíble.
Me gusta tu forma de ser, me gusta tu sonrisa, tu manera de sonreír y de hacer de esa sonrisa única. Transmites energía, felicidad, no sé cómo explicarlo porque aún no he conseguido entender lo bien que haces sentir a todos cuando estás cerca. Me gustan tus labios porque son diferentes y dan ganas de pegarles un bocao (sshh, esto es un secreto).
¿Te acuerdas cuando hice un dibujo tuyo? Jajajaja no sé dónde estará, espero que bien guardado y que algún día, cuando sea mayor (un poquito más, digo) lo encuentre de casualidad y me vengan a la mente todos los buenos recuerdos que tenemos juntos, y espero (sobretodo) poder coger el móvil y llamarte para contarte que te he recordado por un absurdo papelito.
Me gustan tus ojos, tu mirada, a veces te sobran las palabras.
Dime que te acuerdas de aquella noche en el campo de Fernando, y de las veces que hemos estado en tu campo, de aquel Halloween que dormimos juntos, aunque mi primo y Fernando estuvieran con nosotros en la cama. Dime que te acuerdas de las tardes en el almacén de Perea y que no has olvidado la de veces que compartimos momentos en el sótano de Sergio. Y de aquellos mensajes que aún guardo en algún lugar.
Me gusta verte en pantalón corto, con esas patijas, me hace sonreír sin darme cuenta. Y me gusta verte jugar, me gusta ver como te esfuerzas, como intentas e intentas y sigues intentando.
¿Recuerdas cuándo iba a todos tus partidos? ¿Cuándo Sandra estaba con Sergio y nos íbamos las dos en el autobús con los padres y de todo?
Creo que ahora no sería capaz de hacerlo, ¡qué vergüenza!
Si lo pienso, creo que no he hecho tantas cosas por un chico como las que he hecho por ti (a las tonterías me refiero).
Me gusta la forma que tienes de animarme, de decirme que puedo con todo (aunque en realidad no sea verdad), la forma que tienes de confiar en mi, más incluso que yo misma.
Me gustan esos hoyuelos que te salen cuando sonríes.
Me gustan tus tonterías (las de siempre) y los miiiiiiiles de motes que me puedes sacar al cabo del año. ¿Cuántas parras tenemos juntos?
Solo en conversaciones de Messenger y Web Cam ya hay un montón. No quiero ni pensar todas las que se habrán perdido en el Chat de tuenti.
Me gusta la facilidad que tienes para hacerme sonreír.
¿Cuántas cosas me gustan de ti, no?
Las que no me gustan en realidad son pocas. Ahora mismo solo me viene a la cabeza la asquerosa manía que tienes de evitar temas, o de quitarle importancia a las cosas que sí que la tienen, o de odiar las fotos con lo que me gustan a mi… (Aunque en eso no puedo culparte: P)
Me gusta tu forma de sorprenderme, tus mensajes con chistes y tu forma de darme las buenas noches. ¿Recuerdas aquella vez que me mandaste 7 privados y cada uno con una letra en cada privado formando S E V I L L A?
Me encantó, te juro que conseguiste alegrarme el día, incluso me atrevería a decir la semana.
Has estado a mi lado las veces que lo he pasado mal, que no han sido pocas, y me has dado razones para dejar de estarlo.
Los últimos meses de toda esta historia han sido un poco extraños. Como un tira y afloja, como un quiero y no puedo. Tensión por las dos partes y algún que otro mal entendido. Donosti no llegó en el mejor momento, te juro que fue la semana más eterna de mi vida, pero valió la pena la espera. Llegaste, y contigo llegó también el final del mundial, ¡y qué final! Creo que lo mejor de aquella noche no fue el partido, sino haber estado a solas contigo ese rato. Te echaba de menos, y sabes que a veces (escasas) soy de pocas palabras. Luego la fiesta de tu filá y mejor no hablar de fiestas.
Si hubieran TE QUIERO’s contados para decir a lo largo de una vida, creo que no me quedarían más para decirte después de todos estos años, creo que son las dos palabras que más te he dicho, y seguiré diciéndotelas.
Eres una persona muy importante para mi, y lo sabes de sobra, sabes bien que eres especial, y que volvería a hacer todas y cada una de las cosas que he hecho por ti, solo por tener la relación que tenemos ahora. Que esto no quiero perderlo nunca, y que tampoco quiero perderte a ti. No podía haber encontrado amigo mejor que tú.
El otro día me dijiste qué te regalaría de mi habitación y yo te dije que una foto, porque una bandera del Atleti no te haría ilusión.
A falta de una aquí tienes varios de los momentos que hemos vivido juntos, espero que te traigan buenos recuerdos y que, por supuesto, pongas en tu habitación para acordarte de mí todos los días.
Quiero tenerte siempre a mi lado, ¿me oyes? (mejor dicho, ¿me lees?).
Que no se te olvide, que no se te olvide todo lo importante que eres para mi y lo que te quiero, Jose.


Feliz 19 cumpleaños. Espero celebrar a tu lado muchísimos más.

1 comentario:

  1. Eres una buena escritora y sobre todo una buenisima persona. Te lo mereces todo, ojala yo pudiera escribir asi. Muchisimos besos y feliz navidad

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