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jueves, 3 de noviembre de 2011

En mitad del relámpago...

Tendo delante la libreta, la independencia de los Estados Unidos y su puta madre, claro y mal, a los que ya odio, sí, odio, y sólo de pensar que algún día mis hijos tendrán que estudiar al capullo de Zapatero o al movimiento 15-M me dan ganas de que no existan las noticias, porque si a mí me están jodiendo con el pasado, mi presente, que será su pasado, también les joderá a ellos en su día...
Bueno, a lo que iba, que me desvío. He estado leyendo entradas antiguas en busca de una frase que poner en el estado de Tuenti. Intento fallido, porque he terminado por darme cuenta de que hace un año las cosas no iban mucho peor de lo que van ahora, y eso, aunque parezca que no, reconforta. Por lo menos no hemos ido a peor. He estado leyendo cosas sobre "mi peque", que más o menos por estas fechas hace un año, tal vez un poco menos, estábamos absolutamente igual que ahora, al filo de la navaja, al borde del precipicio, con ganas de tirarnos a una piscina vacía y meternos el hostiazo del siglo. Y digo lo del hostiazo porque si eso pasa, no sé por qué algo en mi cabeza me dice que todo termina, y tal vez no me convenga, tal vez no, es que SÉ a ciencia cierta que NO puedo vivir sin tenerlo como amigo, tal vez si se traspasa esa línea que ahora parece insignificante...
Bueno, otro de los temas es cuando la abuela estuvo ingresada, las navidades del año pasado... casi sin darme cuenta ha pasado un año, un año en el que pensé que me despediría de ella, y míranos, (estoy llorando ahora mismo de felicidad) aquí la tenemos con nosotros. Sigue siendo una niña pequeña a la que cuidar y mimar, a la que cambiar de ropa y tratar con delicadeza. Parece que cada día es más pequeñita, y sus manos, sus manos siguen siendo finas y siente muchos dolores. Ya son pocos los rincones de su cuerpo que no duelan, pero por pocos que sean habrá que dar las gracias por ellos también.
Se va acercando navidad (sí, yo miro un poco lejos, que sé que quedan 2 meses!!), y que serán unas nuevas navidades a su lado. Me muero de ganas por que llegue Nochebuena, y hacer palomitas en la lumbre, y que llegue Navidad, y cantar villancicos todos juntos y que ella grite cada vez que vuelan las cepas o los empujones. Odia tanto que nos "peguemos" aunque a nosotros nos encanten esos juegos. En el fondo todos somos como niños, en el fondo, todos seguimos siendo niños, al igual que ella.
Voy a colgar la foto de las últimas Navidades, y lo admito, estoy ENAMORADA de esa foto, enamorada de mi familia (qué suerte tuve al nacer siendo CANTOS BELTRÁ) y sobre todo, enamorada de cada momento que almaceno en mi memoria incluyéndolos a ellos.







Buenas tardes, y hasta otro ratito de Historia...

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