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domingo, 17 de mayo de 2015

23...

Quizás haciendo balance pesa muchísimo tu marcha. Tanto que oculta todo lo magnífico que he tenido durante estos 23. No puedo evitar pensar en aquel abrazo, aquel beso, en mi comienzo en los 23, con tu sonrisa.
Ilusa de mi pensaba en tenerte toda mi vida... no me daba cuenta de que tú también cumplías años, de que para ti el tiempo era una cuenta atrás. Puedo sentirme orgullosa de haber disfrutado de ti todo lo que he podido y más y me sale una sonrisa al recordarte pero aún son mucho mayor las lágrimas. El mundo sigue girando pero para mi en Novelda está totalmente congelado.
Aún así, vaya 23... vaya 23 rodeados de emociones, de sueños cumplidos y de sueños por cumplir. De sonrisas infinitas, de dolor de barriga de tanto reír, de soñar y soñar por las noches y ver que era realidad por el día. De oportunidades, de puertas que se abren y ventanas que se cierran.
Lo importante es que SIGO SOÑANDO DESPIERTA. Que sigo ilusionada como el primer día, incluso más, porque me he involucrado tanto, que sus triunfos son los míos y sus males también.
Bonita manera de acabar los 23, con baloncesto. Bonita manera de empezar los 24, con un partido de ACB y muchas horas de bus acompañada de mi mejor yo, mamá.
Que por cierto, lo suyo es increíble. Va a levantarse a las 4 de la mañana para pegarse 600km y verme desde lo alto de la grada de Badalona, trabajando en la pista, pegarse otros 600km y quedarse en casa. No deja de sorprenderme y tengo unas ganas de abrazarla que se me va a salir el corazón del pecho.

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