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sábado, 9 de mayo de 2015

chiqui.

Quizás te idealicé. Idealicé tu preciosa sonrisa, tu forma de mirarme, tus gestos, tu alegría contagiosa.
Idealicé esas arruguitas que se te hacen en la frente cuando algo no te gusta, idealicé tu manera de actuar conmigo. Te puse por las nubes, cuando, quizás y sólo quizás, eres un tío normal.
Y yo "sintiéndome mal" cada vez que pensaba en otros, pensando que tú seguías ahí y tú estabas ya a tanta distancia como en otro país.
Quizás idealicé tu personalidad, tu cuerpo, tu esencia. Te hice perfecto a los ojos del mundo, y también a los míos. Sin embargo aquí estoy, después de haberme enterado que no he sido la única con una frase tan absurda como "tú puedes y yo no?". En ese momento he querido gritarte en la cara que para mí tú eres el único, que es a ti a quien sueño cada noche y por quien sonrío cada mañana al pensar que llegaré y me sonreirás con tu "qué pasa chiqui!". A veces cuesta disimular las ganas que tengo de abrazarte. Y para qué vamos a engañarnos. Esto no tiene solución, si es que algún día llegó a tenerla.
Ahora sí que es hora de empezar a olvidarme de ti. Otro año más así no hay quien lo supere. Ahora falta que yo misma me crea que puedo olvidarte y que no llegue septiembre, te vuelva a ver de nuevo cada día y vuelva a sentir que eres el mejor hombre del mundo... Aunque puede que de verdad lo seas, pero no lo serás para mí...

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