Que soy de las que le ENCANTA Gran Hermano (y no le da
vergüenza admitirlo). Que me siento identificada al escuchar las canciones. Que
los buenos textos deberían ser un libro entero. Que yo también le he dicho a mi
madre que haga algo de comer, me ha contestado que lo haga yo y se me ha ido el
hambre. Que las letras de las canciones son como un padre nuestro y me las sé
de “pe a pa”, pero luego no soy capaz de aprenderme de memoria los verbos
irregulares sin fallar ni uno. Que me quejo de todo. Que yo también me lavé los
dientes los viernes de cole y me daban flúor de fresa que acababa siempre en el
lavabo. Que también he cometido errores al estar enamorada y no significa que
sean errores que no cometería de nuevo si volviera atrás en el tiempo. Que mis
abrazos son de verdad. Que yo también decía de pequeño que no bebería ni
fumaría y he terminado por hacer las dos cosas.
Que mi intención a los 10 años era ser alguien y a los 16 cambió esa
opinión (y con 21 debería haber vuelto a pensar como con 10 y no es así). Que a
mí también me ha dado miedo una bolsa de plástico en la playa pensando que era
una medusa. Que la distancia no es el olvido si una de las dos partes no
quiere. Que amo la fotografía aunque no pueda aspirar a ella profesionalmente.
Que también me ha costado horrores sacar una santa galleta príncipe de un paquete
recién abierto. Que me encanta que me llamen enana, gordi y cualquier mote
bonito que pueda salir de tu boca. Que soy de las que abre la nevera por
aburrimiento y a la media hora termina por volver a hacerlo, siempre sin éxito
de comer nada, por supuesto. Que yo también le pido perdón a mi hígado cada vez
que se acercan fiestas de Novelda. Que a mí también me miraron mal cuando fallé
con un papel en la papelera después de toda una vida jugando al baloncesto. Que
yo también he cogido una regla y he medido los tacones. Que a mí también me
jode salir de fiesta y que me llegue la típica con el mismo vestido que yo (y
que encima le quede mejor). Que yo también he estado muerta de sueño y se me ha
quitado de golpe al hablar contigo. Que sé que soy una gritona (voz de pito)
hasta cuando intento no hacerlo. Que también he subido alguna noche a casa con
los tacones en la mano y me ha tocado poner los dedos en la cerradura para que
entrase la llave. Que las noches de fiesta a veces se recuerdan por las
fotos y lo que te cuentan al día siguiente. Que yo también me he cagado en ese
pajarito que todo se lo decía a mi madre. Que también tengo tres vidas; la mía,
la que los demás crean y la que mi madre piensa que tengo. Que yo también miro
el reloj treinta veces por noche hasta cuando no tengo ni que madrugar. Que amo
el sonido de una pelota al caer en la red de una canasta, la adrenalina de un
partido de baloncesto, el entusiasmo que se le pone a algo que quieres por
encima de muchísimas cosas. Que vivo enamorada de mi pueblo, que sí, que es un
pueblucho que no tiene nada y que si pudiera me iría a vivir a Madrid, cerca
del Calderón, pero donde esté mi Novelda, que se quite todo. Que me jode que se
copien algún texto mío y no pongan bajo que lo es. Que también he ido a rebajas
con la ropa vista de antes y no me he comprado nada de lo pensado. Que tengo
muchos nombres que me hacen sonreír. Que creo que moriré siendo fan de Fernando
Torres. Que querer no es poder. Que nunca me dura más de un mes el paquete de
horquillas. Que soy adicta a salir de fiesta con tacones. Que también se me ha
ido la pinza bailando en mi casa, me han pillado mis padres y se han reído de mí.
Que es ahora con 21 cuando pienso que los amigos se cuentan con una sola mano y
que yo no estoy en la mano de la mitad de los que consideraba amigos. Que me
enamoran los vestidos y que los bolsos y los zapatos son mi mayor perdición.
Que cuanto más tengo que madrugar más tarde me acuesto y más me cuesta
dormirme. Que amo mi colegio aunque no la religión y que tengo claro que mis
hijos irán allí, diga lo que diga su padre. Que estoy locamente enamorada del
Atlético de Madrid y sé que el único PARA SIEMPRE que pueda decir ahora mismo
segura 100% es el de seguir sangrando en rojo y blanco. Que el sentimiento que
se vive desfilando con Negres Betànics no es comparable a nada. Que soy una
khoikhoi orgullosa de su filà, de lo que éramos y de lo que nos vamos
convirtiendo poco a poco (viva la madurez). Que los niños de mi escuela de
verano me pierden y que mis compañeros son posiblemente los mejores compañeros
de trabajo que tendré nunca. Que no me voy a largar de tu lado hasta que no me
lo pidas. Que soy de las que no tiene miedo a cumplir sus sueños, pero sí de
las que pone mucho empeño al principio y poco a poco se le van las ganas. Que
planeo a largo plazo y no me quedo corta diciendo que a veces debería pensar
más en mí misma. Que quizás sea buena estudiante y nunca lo llegue a demostrar.
Que quizás me guste ser como soy, estoy orgullosa de mí, de lo que consigo y de
lo que dejo escapar. Todo en la vida tiene su por qué, sólo hay que saber
encontrarlo a tiempo.
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