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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Sólo tú haces que ría llorando... (I)

Y sin más, sin pedirlo, sin avisar, apareces y todo se hace un poco más tuyo, más mío, un poco menos difícil... Distinto, especial, tanto como tú...

Con 140 caracteres tuve que describir un momento anoche.
Hoy que parece que la calma ha llegado y puedo darle ahora la extensión que merece.

Creo que tienes un sexto sentido, como las mujeres, incluso mucho superior al nuestro. Lo hueles, no lo entiendo, siempre, SIEMPRE apareces cuando estoy un poco tocada. Me llega un "xiiikkkiii" que me hace sonreír, o el "deja de hacerte la dura y háblame" que hace que quisiera hincharte a cepas por egocéntrico. Tal vez esta sea la amistad más bonita que podré tener nunca. En tan poco tiempo (es muy poco tiempo) me conoces tal vez mejor que yo. Entiendes las miradas, sabes ponerle palabras a los gestos, a los que a veces ni yo sé ponerle.
Creo que no eres consciente de lo importante que eres, en lo que te has convertido. Todo el mundo cree que estoy enamorada de ti, me preguntan qué pasa contigo, qué somos, qué nos llevamos...
Yo no soy capaz de explicar lo que tengo en mi cabeza (ojo que no en mi corazón), lo adicta que soy a tus conversaciones, a que me cuentes cosas que no sabía. He aprendido en 3 meses del mundo más que en 10 años... Sabes de todo, eso es lo que más me sorprende. Pensaba que eras corriente, guapo, pero corriente, y me sorprendiste con eso.
A veces desconfío de que esto sea real, que tienes que tener algún fallo, tanto tú como esta amistad, que esto tiene que tener pegas por algún lado, pero por mucho que llevo buscando todo este tiempo no se las encuentro.
Lo peor de todo (y sí, es lo peor) es que todo este tiempo te he tenido delante de mis narices, que llevamos toda una vida encontrándonos pero no dándonos en la frente el uno con el otro. Maldito destino, cuánto me has hecho sufrir.

... (II)

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