Páginas

lunes, 29 de octubre de 2012

ADIÓS.

Anoche en una de esas mil veces que me desperté y me puse a leer Twitter dio la casualidad que vi esto "Sé feliz con lo que tienes mientras persigues lo que deseas". (Puta casualidad, me mantuvo en vela pensando mil y una cosa). Fue la frase detonante que hizo que me diera cuenta que todo iba a terminar, tarde o temprano. La pusiste poco después de San Valentin, lo recuerdo como si fuera ayer. Apareció de la nada en tu estado de Messenger después del silbolito que significaba nuestro "te quiero". Cuando todo era perfecto, cuando PENSABA que todo lo era, llegó esa frase y me partió en dos. En el silencio de la noche lo vi claro y creo que anoche fue la primera vez que me dije a mí misma en alto que todo fue una mentira. Ella estuvo ahí en el primer beso, desde el primer momento, en Santa Pola... ¿Sabes? Muchos dicen que no lo he superado, que es esto lo que me ha superado a mí. Quizás pueda decir que sí a lo segundo. Me superó. A lo primero es que directamente ni contesto. Me obligué a mí misma a olvidarme de ti, me puse entre ceja y ceja todo lo malo, las noches y noches que amanecía llorando con los ojos hinchados y me dormía del cansancio, y no fueron pocas. Me tatué en la mente esa frase, (mientras tú te tatuabas otra cosa, suena gracioso ahora) y también la frase que me dijo ella cuando empezasteis ("yo sabré hacerlo lo feliz que tú no supiste"). La cosa no tardó en enfriarse, apenas un mes para que el frío llegara a pesar de ser verano y la venganza dicen que se sirve mejor en frío. Yo añado una cosa: Se sirve muuuuucho mejor congelada. Todo se enfrió menos lo que un día pasó entre nosotros. Lo que parecía olvidado volvió acompañado de un examen suspendido en una tarde de sábado. Tras esto no siento ni la más mínima palabra por ti, ni dolor, ni rabia, ni amor, ni rencor, ni tan siquiera te echo ya de menos. Ya ni me das pena, me la diste, ahora ni eso. Pudiste parar esto cuando pasó, decidiste no hacerlo, no decir nada. Yo no tenía ningún compromiso, no había firmado contrato ni prometido ni jurado. Bastante me contuve bajo miradas y risitas constantes. Bastante cachondeito aguanté cada fin de semana y bastantes veces me mordí la lengua (tantas que llegué a pensar que me envenenaba). Y no te voy a decir que lo hice por ti, porque no es así. Lo hice por mi, recuerda que yo también sacaba rendimiento de eso, yo también ganaba. Te tenía para lo que quería y te tenía para recordarte, para seguir enamorada de ti, cuando me vinieran a la mente (y corazón) nuestros momentos. En realidad, parece mentira, absurdo o yo qué sé qué, pero durante mucho tiempo parecía que esos momentos se iban haciendo más y más grandes, que se añadían nuevos, que sólo teníamos lo bueno. Tengo claro (muy claro) que nunca voy a poder olvidarme de ti, fuiste el primero, por suerte o por desgracia fuiste el primero y aquello te da prioridad de juego, te la dio (y la perdiste solo). Nuestros lugares, nuestro día, nuestras palabras, eso siempre será tuyo aunque (ahora) no lo quieras. ¿Sabes de qué me sirvió esto? Es simple, para darme cuenta de que no eras tan perfecto. Dejaste de serlo un poquito cuando me dejaste medio llorando diciéndome que me querías un martes antes de un entreno, OJO, un poquito. Cuando cumplí los 18 poco después de eso yo seguía absolutamente enamorada de ti, hablo consecuentemente con las fechas. Poco a poco me fui "desenamorando" al conocerte en más ratitos, al tenerte más que ella. La facilidad con la que le mentías delante de mí. Recuerdo que a veces pensaba "Buff qué tonta, ¿cómo se traga eso?" y después terminaba por pensar "a saber la de mentiras que me creí yo en su día" y quizás eso fue lo que me hizo sacarte a patadas de mi corazón, que no de mi cabeza. Te pensaba demasiadas veces al día. Tuve mil, pero mil eh, momentos de explotar y hablar, sacarlo todo absolutamente. Sacar conversaciones guardadas, sacar videos, fotos, notitas, facturas con llamadas de horas y horas. Sacar los "te quiero" en pleno verano del 2010, las escapadas, las noches en "tu" cama. Lo tenía todo. Te tenía cogido por los huevos y tú los tenías de corbata. Pero tenías algo, lo olías, olías mis cabreos, mis rabietas, que al fin y al cabo eran sin razón, porque llegó un momento que no supe distinguir, no supe decirle a mi corazón "sí, esto es un juego, no es real y tú eres la otra". Olías cuando estaba a punto de estallar y terminabas por calmarme, y todo volvía a empezar. Una y otra vez y otra más. Volvía a caer en la misma piedra, yo creo que era verla y me tiraba de cabeza, la misma piedra, el mismo error... Porque sí, ahora puedo decir que fue un error. Fue un error la "venganza", los ratitos, el amor derrochado, como lo quieras llamar, fue un error tenerte cuando ya no eras mío (aunque ahora dudo que algún día lo fueras). Pero ¿sabes? pienso que también fue un error empezar, no la relación, sino cambiarla de término. Casi no lo recordarás y ahora aún menos pero fuimos grandes amigos, grandes confidentes, el error más grande que he cometido en mi vida fue cambiar eso. Ir a más. Ahora lo sé. Una nunca sabe que va a cometer un error hasta que no pasa y lo comete. A veces incluso tenemos que esperar a que pase, nos salude varias veces y entonces decir "hostia sí, ha sido un error". Las últimas veces (ojo no hablo de la última) todo parecía estar cambiando. Parecía que se había acabado todo hacía meses. Las idas y venidas nunca fueron buenos compañeros de viaje. Quizás nos paramos a pensar, quizás pensamos por primera vez en tres años... Parece mentira pero es que fueron tres años... Él no fue el detonante pero sí el detonador. Llegó y toda mi vida cambió ( qué típico, casi como cuando tú llegaste...) me hizo recordar sin darse cuenta quién era yo antes de toda esta mierda y me hizo recordar que me merecía más que una venganza de congelador podrida de tanto romper la cadena del frío. Y aquel último domingo a las 10 de la mañana mientras te dejaba dormido en la cama lo decidí, te vi por última vez de esa manera. Me juré a mí misma que ese portazo sería el último que diera siendo tu cara lo último por ver. Por la calle le di vueltas, pensé que me costaría y que terminaría fallándome a mí misma, recayendo en ti y en todo lo que tú conllevabas. Sin embargo no lo hice. No lo volví ni a pensar. Después de cinco meses lo único que necesitaba de ti era tu amistad, la que tuvimos hace ya casi 5 años, pero tú carecías de personalidad para hacer lo que quisieras y no lo que ella decidía hacer por ti. Cual calzonazos (porque en el fondo sabes que lo has sido y no solo conmigo) terminabas por ceder y traicionar tus principios. Volver a esconderme tras un nombre falso de Whatsapp fue tu mejor opción, y yo volví a ser la tonta que aceptaba que me hablaras a escondidas y en público hicieras como si nada. Quizás ella siempre lo supo y se conformó con aceptarlo. Cuando yo no tuve nada que ganar todo vio la luz, (bueno en realidad los rumores y las palabras porque aquí pruebas no ha salido ninguna, ni saldrán si mi pensamiento no cambia, yo ya no prometo ni juro nada). Todo vio la luz, no sé si artificial o natural, sólo sé que a mí me salpicó la mierda, TU mierda, la que tú creaste. Y no sólo eso, sino que también le salpica a él, eso sí que me revienta y no sabes de qué manera. Eso si, ahora soy yo la que mira por encima del hombro. Ahora es otra quien agacha la cabeza, es otra la que debe hacerlo. Por todo lo que he aguantado estos años, que no ha sido poco, ahora le toca, LES TOCA, porque no sólo fue ella. Ahora todos con la boquita bien cerrada, nadie habla, ese tema es secreto, ¿no?. ME RÍO YO DE LOS SECRETOS, no existen, no eternamente. Nunca. Escribo esto porque aquí se cierra una etapa que yo di por cerrada hace mucho y que alguien se ha hecho el gracioso abriendo. Te cierro a ti y aunque lo hice hace muchos meses (no hablo de 5 ni de 6) con sentimientos, hoy de cierro de todas las maneras posibles. Ya no quiero tu amistad. Dudaste de mi palabra (y de hecho lo sigues haciendo a día de hoy) cuando ni siquiera sabías de dónde salía todo a ciencia cierta. Tú sólo sabías que había salido, con eso te bastó para decidir que había sido yo. Y lo peor, lo que más me jode no es eso, sino que estén metiéndolo a él por medio cuando ni pincha ni corta, que si preguntitas, comentarios y mierdas, eso sí que me cabreó. Aquí acaba todo. Y que se te caiga la cara de vergüenza. Yo este tiempo pude dormir tranquila, la lástima, lo denigrante, es que tú también lo hacías... Que te vaya bien, a pesar de todo te deseo que vuelvas a encontrar la felicidad y esta vez no la tires por tierra. GRACIAS por el tiempo que me hiciste feliz. Yo creo que te di más de lo que merecías...

No hay comentarios:

Publicar un comentario