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sábado, 10 de agosto de 2013

Volvería sin pensar...

Creo que no somos verdaderamente conscientes de lo que en realidad  dice esta foto. A gritos.
De lo que ocultan esas paredes, lo que esconden, lo que guardan bajo llave, lo que lloran, añoran y recuerdan, lo que se ha vivido y lo que quedó por vivir.
Por el colegio habrán pasado miles de personas. Miles de personas que guardarán grato recuerdo o no del colegio, de su etapa allí. Me sobran todas esas personas. Me basta con las mías,  con las que me tocaron el corazón innumerables veces entre esas paredes. Con las que viví, soñé, lloré y morí. Sí, morí. Porque todos morimos un poquito aquel 12 de Julio. Se nos fue un trocito nuestro, un trocito de lo que éramos,  de lo que fuimos...
Todos formamos parte de alguien, siempre,  aunque sea poco, aunque sea malo.
Vamos formándonos añadiendo trocitos de personas, de momentos, de situaciones que nos toca vivir (o sobrevivir) y el resultado de todo terminamos por ser nosotros.  De una manera o de otra.

Casi nunca lo pienso.
Hoy ha sonado tu apellido, Luisa, y de repente ha sido como una avalancha de momentos en mi mente, como si pudiera tocarlos, como si pudiera tocarte. No me había dado cuenta de lo mucho que eso me cambió, lo mucho que nos cambió a todos...

El tiempo quizás no cura, la herida sigue aquí,  donde la dejaste, quizás no cure jamás. Fuimos ingenuos pensando que eso ocurriría algún día. Porque de verdad lo llegamos a creer...
Simplemente seguimos caminando. Intentando no pensar en lo que pudo ser y no será.

Nuestros momentos siguen en esas paredes, siguen los nuestros, sigue tu sonrisa divagando los recuerdos que tenemos, en los que hace ya tantos años nos regalaste.

Ahora mismo las cosas que creía importantes terminan por ser un granito de arena en toda una playa comparado con esto.
Quizás sea eso lo que nos enseñaste, que el camino está repleto de granitos de arena pero estamos en una gran playa.
Hubiera preferido no aprenderlo...

Te quiero.

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