Acaba hoy uno de los mejores meses que recuerdo en años.
Quizás lo idealicé desde el día 1. Todo salía demasiado bien como para no hacerlo.
Llega Abril, y espero que de la misma manera que llega, se largue. Espero que el nuevo cursillo haga que se pase rápido este mes, que las 10h a la semana hagan que el tiempo vuele. Ansío el momento de pisar Mayo, de los 22, los que todo el mundo odia y yo tengo ganas de cumplir. No me pueden traer mejor regalo que la vuelta de Cristina. Es lo que más quiero de Mayo, su abrazo, su presencia aquí. El hecho de saber que sólo 20 calles nos separan, no un país, no una eternidad de KM, una eternidad de todo...
No queda nada, me voy a merendar al puto Abril a base de estudiar y entrenar, porque otra cosa no, pero matadas que me está pegando mi querida entrenadora personal (esa hora es quien manda, da igual que sea mi peque desde hace casi 18 años). Me encanta, porque me motiva, me anima a poder superarme y a volver al estado físico de no habérmelo dejado.
Que pase el maldito Abril, que pase, porque Mayo tiene demasiados momentos perfectos y no veo la hora de empezar a disfrutarlos.
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