Páginas

miércoles, 10 de abril de 2013

C. 10712

Son las 7 de la mañana.  Carlos acaba de despertarme para irse a trabajar y acabo de darme cuenta del día que es.
Sabes?  Anoche al dormirme a las 3 de la madrugada lo que menos se me ocurrió fue mirar la fecha. Había perdido la noción del tiempo y a pesar de todo no me arrepiento de ello.

Llevaba ya un tiempo queriendo estar así,  queriendo notar que no me importaba ni día ni hora.  Sin embargo ahora que lo estoy me duele no haber pensado en ti anoche. Después de una semana queriendo que llegara éste día,  queriendo que llegara para pasarlo cuanto antes (aunque la que lo tiene jodido no soy yo). Seguro que tú me dirías que esto es bueno.  Bueno habría sido haber podido abrazarte el lunes pasado, y el anterior, y que me hubieras sonreído como sabías hacerlo.
No fuiste una vecina de campo más. Y sabes qué?  Cuando Paul me dijo el lunes que él te recordaba de mi mano por los caminos del campo acompañadas de los perros tuve un momento flash de todas las sonrisas que me regalaste.
Hoy hace un año que te fuiste, y por desgracia ya experta en esto sé que el primer año es el más duro de llevar.
Lo que más me duele de todo es no haberme podido despedir de ti. Pensar que te ibas a curar, pensar (ilusa de mí) que ibas a poder con el cáncer...
A día de hoy conservo tu libro, nuestras fotos y esos magníficos recuerdos. Pero sobre todo conservo esa sensación de un abrazo de los tuyos.
Como dijo Paul el lunes, sé a ciencia cierta que si estás en algún lugar es junto a mi abuelo Paco, al que quisiste como tu padre tanto como una tía te quise yo a ti.

Seguid cuidándonos, aquí abajo os recordamos con cariño y os echamos de menos.
Vuestra niña,  SIEMPRE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario