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sábado, 29 de marzo de 2014

Cuesta abajo...

Hace unas 2h que ha terminado mi partido. Aún noto el cansancio en las piernas, me duele todo, literalmente,  hasta ducharme me ha dolido. Cuando pasas la línea de dejar de disfrutar,  de dejar que el cansancio pasa por encima de las ganas de jugar. Que veas un cambio y te vayas directa a la banda esperando tu nombre, digan otro y mires lo que queda de tiempo... Estar deseando acabar el partido en el descanso...

Eso, eso no es disfrutar del baloncesto,  del deporte. Eso es lo que no me gusta.
Estoy deseando acabar la temporada ya, porque ni me veo con fuerzas de tirar del carro ni con ganas de intentarlo. Ya no por ver que todos no dan el 100% sino porque sirve más bien de poco dar ni siquiera el 80-70%.

Yo he llegado a ese punto que me he rendido. Sólo quiero tener un fin de semana en el que no me duela el alma y sobre todo de que no me pregunten "Qué tal" y siempre esté la misma frase "perdido y además regalando".
Es lo que más me jode, regalar. Perder me da más o menos igual. Pero ver que no se da todo. Pensar que tú lo estás dando y ver que no se responde igual... al final bajas la intensidad.  Por cansancio, por ver falta de entusiasmo y cometes el error de tirar la toalla antes de hora.
Y lo peor no es eso. Es que ha terminado hoy el partido y a pesar de cabreo pienso, "y la semana que viene sin cambios, para qué cojones vamos a eso".
Si no se disfruta no vale la pena, a mí personalmente no me vale la pena ir a sufrir.

Pero bueno, escribo en caliente. Muy en caliente. Menos mal que de aquí al viernes que viene que vuelva a entrenar se me habrá pasado la mala hostia,  porque como tuviera que ir mañana a Crevillente a jugar, juro que no iba...

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