Páginas

miércoles, 19 de marzo de 2014



Hacía tantos y tantos meses que no te veía sonreír...
Tantos y tantos sábados en los que te he despertado y justo antes de entrar he pensado "por favor, que respire". El miedo sigue ahí, latente, cómo no iba a estarlo?
Duerme conmigo cada noche en Murcia y va y viene metido en mi maleta. Cuando estoy aquí parece que se ausenta, parece que no noto que está aquí. Me siento un poquito menos lejos y eso hace que no tenga miedo de que te marches.
Hacía demasiado tiempo que no te veía como hoy.
Dicen que cuando la muerte se acerca hay unos días buenos. Cuando mamá ha dicho "lleva un par de días muy bien", me ha venido a la cabeza esa frase, no he podido evitarlo y he contenido las ganas de llorar mientras te acariciaba. No hay cosa que me relaje más que acariciarte y ver como me miras. Quizás ya ni me reconozcas, o tal vez sí y por eso te quedas tranquilita cuando estoy cerca.
Quiero pensar que lo haces, que sabes quien soy, pero que te faltan las fuerzas para decírmelo. Igual que te faltan para darme un beso como los de antes. Dios cuánto echo de menos esos besos. Te tirabas media hora y los escuchaban hasta en la calle de al lado.
Me gustaban tanto esos besos... Debí pedirte el doble cada día, nunca supe que iban a irse tan pronto.
Por suerte (o por desgracia) tus besos se han marchado, tú sigues aquí, aunque no seas la de antes, tengo que darme con un canto en los dientes de poder despertarte cada sábado y dar gracias de poder acariciar tu carita. Lo mejor de esta semana sin duda ha sido verte sonreír.

Si la frase tiene razón y estos son tus últimos días lo único que puedo pedir es que no sufras, y si puedo pedir más, no estar yo en Murcia, por favor. Tengo un miedo bestial a que te marches y no estar yo cerca para despedirme de ti como te mereces.
Te quiero, te quiero mucho abuela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario