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martes, 19 de octubre de 2010

Días marcianos...o plutónicos, vete tú a saber!

Solía escribir mucho. Bastante, incluso a veces se podría decir que demasiado.
Mi madre siempre me decía que me quitaba mucho tiempo, hasta que el árbol dio su fruto, y el primer premio de literatura llegó.
A medida que el tiempo avanzaba, la situación cambió.
Habían cosas en mi vida que no quería olvidar, y las escribía constantemente.
A veces nos obsesionamos con cosas que no podemos cambiar y les damos una y dos y mil vueltas hasta que llega un momento, en el que la obsesión se ha apoderado tanto de ti que te das cuenta de que no puedes cambiarla.

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