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sábado, 26 de enero de 2013

Cada vez más cerca...

Es oficial, se acerca el fin. Llevo mucho tiempo queriendo retrasarlo, un burdo intento de mentirme a mí misma, de hacerme a la idea de que podría ser un tiempo, de que era una mala racha, que mejoraría, como pasa siempre...
Pero no.
No he sido capaz de contener las lágrimas cuando mi abuela le preguntaba a mi madre, a su propia hija que quienes eran sus padres, que quería conocerlos... A mí se me ha venido un mundo encima. Yo ni siquiera soy valiente y mucho menos capaz de ir y esperar que pronuncie mi nombre.
A los 91 años mi abuela se ha olvidado de mí...
Y creo que es la primera vez que pronuncio esta frase, que la veo escrita y no borro apresurada antes de que sea realidad.
Duele tanto... No soy capaz de decirme a mí misma que esto es el final. Llevo intentando asumir que moriría desde hace 3 años, que fue la última vez que la vi andar con la ayuda tan sólo de su garrote.
Admito que tengo miedo, de que siga a más, de que deje de sonreir, de que sufra y muera con dolor...
Admito que no tengo miedo de que se muera, creo que es muy egoista por mi parte querer verla postrada en una cama, y por desgracia estamos a pocos meses de eso. Digo meses esperando que eso pueda cumplirse...
Su llama se apaga, la vela se queda sin cera...
No se ha ido y ya la echo de menos... Echo de menos a la que me daba besitos sonoros y sonreia como nadie, echo de menos a mi abuela, está feo que lo diga pero sé que siempre he sido su preferida, que hay algo, igual que lo había con mi abuelo Paco. Eso no se marchará nunca, para ninguno de los 3...

Y yo ya no sé qué hacer para no sentir que estoy cruzando los brazos.y dejándola marcharse.

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