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domingo, 13 de enero de 2013

Yo sola me adjudiqué un lugar que no me correspondía. Simplemente me acomodé hasta que llegó la dueña de la butaca. Lo hacemos todos, en el cine, en un estadio de fútbol, en la clase, en el amor...

Ganas puntos casi cada día, lo haces, porque sigues siendo el de antes, pero inmediatamente pierdes 20, con una frase, diciendo algo o al no decirlo. Tú no te das ni cuenta. Y yo sigo aquí haciendo balance, para cuando llegue el día de decidir no lo haga a la ligera, sin pensar que habrán consecuencias, que me arrepentiré o no de haberlo hecho.

Mientras tanto, tú sigues ausente. Y cuando no lo haces soy yo la que prefiere estarlo. A veces es mejor callar para evitar una discusión. Últimamente baso mis días en los silencios, no me quedan fuerzas para pronunciar palabras...

Hoy ganaste mil puntos con lo de ayer. Ponerte en mi lugar creo que es algo que aún no habías hecho. Sin embargo, seguiste hablando... Y ya sabemos lo que pasa. Cada día tengo más claro que la solución es el silencio, y que la balanza debí pararla el día que tú dejaste de contar a más... Y esto es así.

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